lunes, 30 de marzo de 2009

say hello to never

y quiero contarte como fue que me raspé las rodillas el sábado pasado a las 4 de la mañana
como me gustaba que me cojas en el baño de los bares
y que me agarres la cintura cuando pasas por al lado
y tu gorra y tus palabras, que inundaron mi triste mundo de alegrías
y los telos, y los tatuajes que me quedo observando cuando te quedas dormido
y como me llamas y te enojás si no te atiendo
morirme de miedo porque no quiero que me gustes más de lo indicado

pero no parar de pensar que hoy fui un poco más débil y dejé endulzarme el cerebro con tus gestos, con la birra que compartimos y con tus caricias sobre mis piernas.

y las chicas que te miran y los chicos que me miran, y como te enojaste cuando me rompieron el corazón, y como me decís que soy linda, de esa manera tan simple, tan desinteresada.
entenderte al fin, comprender tu cabeza, aceptarte hasta las puntas de tus pies.

y aunque nuestra relación sea poco sana, y vos no seas el adecuado para mi cielo, lo que realmente me importa en este momento es la devoción que te preocupás por expresarme, y como te reís que nunca quise decirte todo lo que me gusta, y los besos y las canciones, tu pelo, mis zapatos y tus brazos y porque cuando te conocí lo primero que hice fue rasparme las rodillas.

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