Entre mocos y mis sabanas soñé que me iba a la China.
Allí observaba como una pareja se casaba en un acuario. Sus promesas de amor (aunque en otro idioma) eran totalmente descifrables. El quería quedarse con ella y ella quería quedarse con él.
Peces de todos los colores y tamaños presenciaban el acontecimiento y personas con disfraces muy extraños bailaban alrededor de los novios. Todos reían y ellos no paraban de mirarse. Parecía como si el resto no importara, solo se encontraban esas dos personas. Ella con su vestido rojo y él con su flor amarilla en el ojal del traje negro.
Se celebraba la ceremonia con fuegos artificiales y los novios, felices para siempre, se daban besos en oriental.
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