miércoles, 28 de julio de 2010

corríamos por la calle, rápido, a todo lo que da
sin hablar, llegábamos tarde a ver a Fun People y estábamos emocionados
recorriendo todo Temperley, preguntando a los vecinos
aprendiendo nombres de calles
y cuando finalmente encontramos el lugar, no habían más entradas
había mucha gente con nuestro mismo problema y estaban alterados
yo tenia drogas encima y no quería tener problemas
vos gritabas y empujabas, te pedí que pares y no lo hiciste
el enojo era muy grande, después de dos colectivos y mil cuadras
no podíamos entrar
aparecieron dos patrulleros en la esquina, yo te agarré de la mano y empecé a caminar
y mientras nos alejábamos vimos como la gente se dispersaba y morían ahí los intentos de disturbios
compramos empanadas, unas de pollo y otras de carne, y nos sentamos en la vereda
miramos el cielo un rato, te dije que me gustaba el silencio de ese barrio
que estaría bueno encontrar a carolina que vivía por ahí pero no me atendía el teléfono
y entonces me invitaste a tomar una cerveza, como si estuviesemos en una cita
y vos no fueras mi chico desde hace meses, sino la primera cita, como aquella vez en tu casa cuando estaba nerviosa y vos me dijiste que te gustaba.
Cuando terminó el recital, Facundo pasó por al lado nuestro y lo saludamos, se sentó un rato con nosotros, le ofrecimos cerveza, estaba todo transpirado, nos contó que nos habíamos perdido un buen recital y vos lo mirabas con odio. A mi no me importaba realmente, nosotros estábamos juntos, después de dos bondis, un recital fallido y mil cuadras, estábamos contando chistes como cuando nos conocimos. Después de un rato me invitaste a dormir a la casa de tus papás en Avellaneda y una vez ahí conocí a tu hermana que tocaba muy bien la guitarra mientras nosotros cantábamos desde la cama.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que linda historia