lunes, 8 de junio de 2009

opa

El papel que se derrite con el fuego y el fuego que quema el poco de droga que queda en mi almohada. El remedio que encontré en tu saliva, la cura a mi enfermedad que no sabia ni que existia.
Abrir los ojos y entender, que hay mucho más todavia para aguantar. Mucho más que te va a hacer crecer tan alto, como un gigante que ahora esta durmiendo al lado mio, mientras escribo, mientras mi cabeza abre cada neurona de mi cerebro y vomita una palabra más para mi boca. Mientras recibo con los brazos abiertos, sensaciones nuevas en el cuerpo.
Mil y un pensamientos en la cabeza, llena de pajaros de colores y palabras lindas (y no tan lindas) que se mezclan entre las venas. No se como pararme, ni tampoco como avanzar, nada de eso tiene importancia, estoy de acuerdo conmigo.
Se consume el fuego y quedan las cenizas que al soplar desaparecen. Simple y feliz. El sol sale de nuevo y la puerta se abre a mi paso.
Voy a abrazar al chico de las canciones rápidas y las drogas duras, sabiendo que voy a terminar en un torbellino que no para, nunca para.

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